miércoles, enero 21, 2009

PERDER EL TREN...

"Yo era ciego
y no vi la llave
que siempre
guardé en mi mano.

Esa que abre
la puerta de los sueños
de los que sueñan.

Ahora veo
y cada día busco tesoros
tras las puertas
con cerradura"
Antonio Más Morales



"Hay trenes que pasan solo una vez a lo largo de nuestra existencia, quizá. Hay, sin duda, opciones, elecciones, que nos marcan profundamente para el resto de nuestros días; que escriben con tinta indeleble la historia personal de la que somos siempre, y al mismo tiempo, hijos y padres, deudores y agraciados. Y hay, cómo no, momentos en la vida en los que un arrebato de valentía, una apuesta por la generosidad o un hálito de lucidez, pueden marcar la diferencia para mucho tiempo. Pero me resisto a creer, como la Caye de Princesas, que un instante de despiste (se condense éste en un segundo o en quién sabe cuántos años) pueda sellar nuestro destino y dejarlo visto para sentencia. Como me resisto a creer, mi querida amiga, que te vayas a jugar todo tu futuro en la carta que ese crupier impaciente llamado convencionalismo social te obliga ahora a apostar. Como no puedo concebir, en definitiva, que un Dios que nos ama hasta el infinito no nos conceda (en nuestros dones, en nuestros talentos, en nuestra sensibilidad para escuchar su llamada) la posibilidad inagotable de volver a construir de nuevo el mañana, por mucho que ayer erráramos el camino.

Porque no hay decisión que no traiga consigo nuevas encrucijadas. Porque nuestros billetes hacia felicidades efímeras no son capaces por sí solos de sortear los obstáculos. Porque para tus sueños no hay hora de salida ni estación de embarque predeterminada. Porque en el único tren que de verdad lleva a la plenitud, milagrosamente y por muy lleno que circule…

…siempre, esperándote, ¡Hay plazaaaaaaaas!"



Extraído del Blog de El barro del alfarero :
De Flores a Chisec, pasando por Sayaxché: Cuatro enseñanzas