jueves, noviembre 16, 2006

El puzzle de la vida





Como me hubiera gustado escribir esta REFLEXION....



Fue la otra tarde hablando con un amigo,
cuando tratando de descifrar lo que para mi es vivir,
se me ocurrió esta idea.

Pensé que la vida es como un gran puzzle,
al nacer lo comenzamos, en un principio es fácil,
porque son pocas piezas las que tenemos que encajar
y aunque estamos empezando a descubrirlo todo,
las únicas preocupaciones a las que tenemos que hacer frente,
son las de comer y dormir,
ya que de lo demás ya se encargan
esas dos personas grandes que andan siempre pululando
a nuestro alrededor
y que son importantísimas para ir encajando piezas.

Nuestros padres son los que nos ayudan a ir colocando
las primeras y quizás las más importantes,
porque nos dan unas bases para empezar todo el entramado.

Todo es normal, tanto por nuestra parte como por la de ellos.

Nosotros empezamos ahora,
ellos ya están de vuelta de todo.
Nosotros descubrimos nuevas cosas,
ellos ya van por la síntesis.
Nosotros vemos tan solo el momento presente,
ellos ven una vida entera.
Nosotros nos creemos capaces de todo,
ellos se creen indispensables hasta para la menor cosa.
Nosotros vemos pasar el tiempo quizás demasiado de prisa,
a ellos les cuesta creer que tú no eres el “mocoso” de siempre.
Nosotros somos una libertad que se yergue;
ellos, una autoridad que se siente algo amenazada.
Nosotros nos sentimos revolucionarios por naturaleza
y quizás por ignorancia; ellos son conservadores por experiencia.

Y lo mejor del caso es que será siempre así
hasta la consumación de los siglos.
Porque si hay alguna cosa de lo que no cabe duda es de esto,
los mismos reproches que hacemos a nuestros padres,
ellos se los hicieron a su vez a nuestros abuelos,
y nuestros hijos los dirigirán a nosotros algún día,
quizá aún con más violencia.
Es una ley de la humanidad.
Lo malo es que los hombres tendemos a tener la memoria corta.
Ellos en su experiencia de la vida han ido aprendiendo mucho,
sin embargo somos nosotros,
los que tenemos que hacer nuestra vida,
cada cual la suya.

Y cada persona,
cada situación
y cada momento
son nuevas piezas que ir encajando en nuestro gran puzzle.

En muchas ocasiones dudamos de donde colocar la pieza
que en ese momento cae en nuestras manos
y nos sentimos confundidos,
porque no sabemos si va al lado de nuestro corazón
o tan solo esta allí para ayudarnos
a recolocar otras que andan sueltas
y no encontramos su sitio justo.

Igual que cuando abrimos la caja,
día a día hay cosas nuevas que añadir,
algunas son poco importantes
o quizás a primera vista pueda parecerlo,
pero al igual que son muchas las piezas que componen un cielo azul,
todas tienen un valor incalculable,
porque si falta tan solo una, las demás no tienen sentido.

El ser humano es soñador por naturaleza,
lo que hace que muchas veces pierda el norte real de las cosas,
tenemos tantas ilusiones,
hacemos tantos planes en base a lo que hemos soñado,
que cuando estos fallan
o no se cumplen tal y como habíamos esperado,
el abatimiento nos inunda,
son esos momentos en que nos encontramos con un montón de piezas
y no sabemos que hacer con ellas.

Y es que no siempre depende de nosotros mismos,
el conseguir que estos sueños se realicen,
es cuando se mezclan las piezas de otro puzzle
para formar uno mas grande.

Entonces hay un tiempo de desbarajuste total,
diferentes paisajes,
diferentes momentos
que cada cual ha vivido por su lado
y que tan solo con mucha paciencia,
una gran dosis de comprensión
y mucha fuerza de voluntad se pueden ir superando.

Son esas vivencias que a lo largo de todo este tiempo hemos tenido
las que nos forman como personas,
en las que nuestra personalidad se basa,
para que a la hora de reaccionar ante estos momentos de desconcierto,
tomemos las decisiones más oportunas.

Y aunque no siempre son las mejores,
ni las que nos hacen más felices,
tenemos que colocar esas piezas también,
encajarlas como mejor podamos dentro de nuestra mente
y lo que es más importante dentro de nuestro corazón.

En muchas ocasiones complicamos las cosas mas sencillas,
gracias a Dios los hombres tenemos el don de la palabra
y cuantas veces desperdiciamos esta gracia
y callamos en los momentos en que una sola palabra
haría que encajaran cien piezas de golpe.

Y ¿por qué?
Por nuestros miedos,
tantos miedos que nos detienen,
tantos miedos que nos coartan.

Que pensaran los demás de mí
si en este momento encajo esta pieza en mi vida,
que dirán de mí si no hago, precisamente,
lo que ellos esperan que haga.

Y hasta ese extremo llegamos a condicionar nuestras vidas,
que en la mayoría de casos,
nos perdemos lo mejor que nos tiene guardado.
Las sorpresas que nos depara el destino
y que hacen que merezca la pena seguir sin rendirse.

A veces
esos trozos que forman nuestro puzzle
cambian de valor
y lo que hasta hace un tiempo era pieza base en nuestra vida,
en donde giraba todo a su alrededor,
por un motivo u otro pasa con el tiempo a un segundo plano.

Podrían ser los amigos que en nuestro camino encontramos
y que en su momento son tan importantes y
que el tiempo o la distancia hacen que se olviden,
aunque no del todo,
porque cada una de las personas
que a lo largo de nuestra vida conocemos
hace que se enriquezca esta.

Inevitablemente algunas dejan un rastro de dolor a su paso
y una marca de la herida que causo,
que como una pequeña cicatriz,
en un principio duele a rabiar,
para acabar dejando tan solo una señal
que con el tiempo,
casi ni la vemos
o que solo nos acordamos de ella en contadas ocasiones.

Son surcos de unión entre pedazo y pedazo,
necesarios para que todo encaje,
porque al igual que no sabríamos distinguir
entre penas y alegrías,
sino hubiera de las dos cosas para poder comparar,
tampoco sabríamos cuando algo es bueno,
si no tuviésemos algo de malo.

Disfrutamos el doble de un día de sol
si el anterior fue triste y lluvioso.
Ya se que son tópicos,
pero cuantas veces
en situaciones que nos creemos al limite de nuestras fuerzas,
cuando no encontramos la salida,
cuando parece que todo nuestro puzzle se nos cae encima,
porque alguien ha dado un fuerte golpe encima de la mesa
y nos ha descolocado todo.
Olvidamos que no es así,
que de una forma u otra se sale,
mas o menos dañado,
pero mientras se tiene un aliento
y un latir en el corazón,
el paisaje de nuestra vida seguirá pintándose
pieza a pieza.

Cuando DIOS decidió crear a la mujer....



Porque algunas mujeres valen su peso en oro.....

Hoy quiero subir la moral a alguna mujer,

creo nos va haciendo falta!!!!

Cuenta una leyenda que al principio del mundo,
cuando Dios decidió crear a la mujer,
encontró que había agotado todos los materiales sólidos en el hombre
y no tenía más de que disponer.
Ante este dilema y después de profunda meditación, hizo esto:
Tomó la redondez de la luna,
las suaves curvas de las olas,
la tierna adhesión de la enredadera,
el trémulo movimiento de las hojas,
la esbeltez de la palmera,
el tinte delicado de las flores,
la amorosa mirada del ciervo,
la alegría del rayo del sol
y las gotas del llanto de las nubes,
la inconstancia del viento
y la fidelidad del perro,
la timidez de la tórtola
y la vanidad del pavo real,
la suavidad de la pluma del cisne
y la dureza del diamante,
la dulzura de la paloma
y la crueldad del tigre,
el ardor del fuego
y la frialdad de la nieve.
Mezcló tan desiguales ingredientes,
formó a la mujer y se la dió al hombre.
Después de una semana vino el hombre y le dijo:

- Señor, la criatura que me diste me hace desdichado,
quiere toda mi atención, nunca me deja solo,
charla incesantemente, llora sin motivo,
se divierte en hacerme sufrir y vengo a devolvértela
porque no puedo vivir con ella.


- Bien, contestó Dios y tomó a la mujer.


Pasó otra semana, volvió el hombre y le dijo:


- Señor, me encuentro muy solo
desde que te devolví a la criatura que hiciste para mí,
ella cantaba y jugaba a mi lado,
me miraba con ternura y su mirada era una caricia,
reía y su risa era música,
era hermosa a la vista y suave al tacto.


- Devuélvemela, porque no puedo vivir sin ella.


Ya saben valórenlas !!!!!!

Estoy de acuerdo con Ricardo Arjona:

"Dicen que fue una costilla, hubiese dado mi columna vertebral por verlas andar"

Retos!!!! Guerrero de la luz.(Paulo Cohello)



"No es lo mismo recorrer el camino paso a paso por ti mismo,

a que te expliquen como recorrerlo."

**************

Una historia para pensar.........

"""Parece que poco a poco la gente se va acostumbrando

a las mismas metáforas de la vida.

Hace algún tiempo, escribía en esta columna

el “manual para subir montañas”,

y de repente me encuentro con un lector en Hamburgo

que decide compartir conmigo su experiencia

respecto a las escaladas de la vida.

Descubrió en qué hotel estoy alojado,

tiene una serie de críticas sobre mi página de internet.

Hace comentarios duros, y después pregunta:

-¿Puede hacerse una foto con mi novia?
Claro que puedo. Coge el teléfono móvil,
aprieta un botón, no dice nada, y un minuto después
aparece su novia.
Nos hacemos la foto, pero la pregunta que sigue es más intrigante:
-¿Puede un ciego escalar el monte Everest?
-Creo que no –respondo.
-¿Por qué no responde: tal vez?
Ya estoy casi convencido de que tengo delante
a un “optimista compulsivo”.
Una cosa es que el universo entero conspire
para que se cumplan nuestros sueños,
otra cosa es colocarse frente a desafíos absolutamente innecesarios,
que pueden acabar en accidentes fatales o en fracasos previsibles.
Explico que tengo que salir por un compromiso, pero el lector no se rinde.
-Los ciegos pueden escalar el Everest, la montaña más alta del mundo
No sólo pueden, sino que sé que por lo menos uno de ellos lo ha hecho.
Su nombre es Erik Weihenmayer. ¿Su compromiso puede esperar?
Si ha citado un nombre, puede que exista una historia interesante.
Mi compromiso puede esperar, por supuesto.
-En 2001, Weihenmayer lo consiguió.
Y mientras tanto, la gente se queja por no tener un coche mejor,
ropa más elegante, o un sueldo a la altura de sus necesidades.
-¿Está usted seguro de que lo consiguió?
-Busque en Internet.
Pero lo que me fascina es que Weihenmayer

sabía exactamente lo que quería:

Transformó su vida en aquello que él pensaba que debía ser.
Tuvo el valor de arriesgarlo todo

para conseguir que el universo conspirase a su favor.
Estoy de acuerdo.

El lector continúa, como si mi actitud ya no le interesase más:
-Si una persona sabe lo que quiere de la vida,

reúne todas las condiciones para hacer que se cumpla su sueño.

¿No fue usted mismo quien lo dijo?
Claro.

Pero existen límites, como ciegos escalando la montaña más alta del planeta.
-Y si las personas no tienen sueños,

¿qué tienen que hacer?
-Pensar en algo que les gustaría estar realizando,

y dar el primer paso –respondo-.

Sin miedo a errar.

Sin miedo a herir a los que se “preocupan” por su comportamiento.
-¡Eso! –dice el lector, identificando claramente por primera vez mis ideas-.
En seguida nos damos cuenta de que para lograr lo que queremos

es preciso correr riesgos. ¿No es eso lo que dice usted en sus libros?
No sólo lo digo, sino que también procuro hacer honor a esas palabras.
Pero nuestra conversación es interrumpida,

ha llegado la hora de atender al compromiso que me trajo a Hamburgo.

Agradezco su atención,

le pido que me envíe sugerencias sobre mi página Web,

nos hacemos una foto más, y nos despedimos.
A las tres de la mañana, regresando del evento,

meto la mano en el bolso para sacar la llave de la habitación,

y descubro el papel en el que había anotado el nombre.

Pese a que dentro de unas horas tengo que viajar a El Cairo,

enciendo el ordenador, y allí está:
El 25 de mayo de 2001, a los 32 años de edad,

Erik Weihenmayer se convirtió en el primer invidente

que alcanzó la cima de la montaña más alta del mundo.

Este ex-monitor de gimnasio recibió el premio que otorgan

ESPN e IDEA por su valor al ir más allá de los límites

que su condición física permitía.

Además del Everest, Erik Weihenmayer ha escalado

las otras siete montañas más altas del planeta, entre ellas

el Aconcagua (Argentina) y el Kilimanjaro (Tanzania)."""


Si no lo creen, compruébenlo. !!!!!!!!!!