lunes, octubre 30, 2006

Aunque a veces tengamos dudas sobre DIOS.......



"""Chatear con Dios"""

¡Hola Señor! sé que estás ahí, pues te he visto siempre en linea y hoy quiero chatear contigo, sé que a veces te dejo sin admisión, otras veces me pongo no disponible y casi siempre ausente para tí, pero yo se que tú siempre estás ahí conectado, con tu nombre en mayusculas: DIOS ...

Sabes Señor, sé que conoces mis angustias, todos mis problemas y como no me vas a conocer si tú me creaste, si en tu pensamiento nací, no hay cosa oculta para tí, es por eso que reconozco que he sido una tonta al querer pasar desapercibida delante de tí. Perdóname Señor.

Hoy QUIERO CHATEAR CONTIGO DIOS, eres mi mejor amigo.Quiero darte los buenos días, cantarte una canción, extrañarte cuando no puedo verte, mandarte monitos que te hagan reír, escribirte mails y quiza contarte algo gracioso, sé que tú me aceptas así tal cual soy.

Ahora que me das de tu tiempo y puedo estar conectada contigo, quiero darte las GRACIAS por la vida que me diste, por mi trabajo, por las risas de las alegrías y aún por las tristezas de las penas ...por todo GRACIAS SEÑOR.

Tengo que seguir trabajando DIOS, pero a partir de hoy siempre te tendré en línea y antes que a nadie te daré los buenos días y al irme te diré, te veo en el camino o en casa porque se que Tú estás en todos lados. Fué muy bonito poder chatear contigo pues tus respuestas todas llevan amor, llevan misercordia y compansión.

Bueno SEÑOR, te dejo trabajar, sé que también lo haces aquí, estaré para lo que se te ofrezca, sé que a veces pides cosas que me cuestan pero jamás me pedirías cosas que no me ayuden.Y si me llamas y no contesto mándame un zumbido para poder saber que eres Tú.

Tú eres quien me levanta y quien me acompaña en el camino de estos momentos llamados vida ...

Una cosita Señor, déjame que te pida por mis amigos, bendícelos y cuidalos siempre.

Hasta pronto...

El valor de una oración




Siempre la oración ha sido de ayuda para el ser humano desde que el mundo existe.


No hay nadie que no haya orado con devoción y no haya visto los resultados a sus súplicas. Esto lo han comprobado una y otra vez los oradores de todas las religiones del mundo, oficiales y particulares. Ahora, la ciencia comienza a observar que las personas que oran en los hospitales se curan más rápidamente que otras que no lo hacen.


El Poder de la oración es ilimitado. Aún, ni siquiera se conoce el alcance y las dimensiones de esta maravilla.




"Meditar es hablar con Dios", y creo, que así también debería ser la oración, una conversación sincera con Dios. Mientras más elevada esté el alma de la persona que ora, más cerca del espíritu Dios se encontrará. Mientras mayor sea la inspiración en el corazón, con más fuerza llegarán las palabras y los pensamientos, haciendo temblar los cimientos de todo el cosmos y no habrá ángel que no escuche el llamado."

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Una mujer pobremente vestida, con un rostro que reflejaba derrota, entró a una tienda. La mujer se acercó al dueño de la tienda y, de la manera más humilde, le preguntó si podía llevarse algunas cosas a crédito.

Con voz suave le explicó que su esposo estaba muy enfermo y que no podía trabajar; tenían siete niños y necesitaban comida.


El dueño le pidió que abandonara su tienda. Sabiendo la necesidad que estaba pasando su familia la mujer continuó: "¡Por favor señor! Se lo pagaré tan pronto como pueda". El dueño le dijo que no podía darle crédito ya que no tenía una cuenta de crédito en su tienda.

De pie cerca del mostrador se encontraba un cliente que escuchó la conversación entre el dueño de la tienda y la mujer. El cliente se acercó y le dijo al dueño de la tienda que él se haría cargo de lo que la mujer necesitara para su familia. El dueño, preguntó a la mujer: "¿Tiene usted una lista de compra?". La mujer dijo: "Si señor". "Está bien," dijo el dueño, "ponga su lista en la balanza y lo que pese su lista, le daré yo en comestibles".

La mujer titubeó por un momento y cabizbaja, buscó en su cartera un pedazo de papel y escribió algo en él. Puso el pedazo de papel, cabizbaja aún, en la balanza. Los ojos de dueño y cliente se llenaron de asombro cuando la balanza se fue hasta lo mas bajo y se quedó así.

El dueño entonces, sin dejar de mirar la balanza dijo: "¡No lo puedo creer!". El cliente sonrió y el dueño comenzó a poner comestibles al otro lado de la balanza. La balanza no se movió por lo que continuó poniendo más y más comestibles hasta que no aguantó más. El dueño se quedó allí parado con gran asombro.

Finalmente, agarró el pedazo de papel y lo miró con mucho más asombro.... No era una lista de compra, era una oración que decía: "Querido Señor, tú conoces mis necesidades y yo voy a dejar tus manos". El dueño de la tienda le dio los comestibles que había reunido y quedó allí en silencio.

La mujer le agradeció y abandonó su tienda. El cliente le entregó un billete de cincuenta dólares al dueño y le dijo: "Valió cada centavo de este billete". Solo Dios sabe cuánto pesa una Oración. EL PODER DE LA ORACION.