Esta es una de esas historias que te devuelve la fe en el ser humano:
Diario de Sevilla - Honradez a pie de semáforo
"Cuando me dijeron que la cartera que devolví tenía 2.700 Euros pensé que era muchísimo dinero, pero el dinero no toca mi cabeza ni mi corazón, y gastar ese dinero me habría hecho feliz un momento pero me habría hecho sufrir toda mi vida"
Lleva un sombrero de paja medio roto, una camisa de cuadros rojos y blancos abierta por el pecho y los puños, un pantalón gris de lino y unas botas de montaña. En la mano derecha agita dos paquetes de pañuelos de papel de la marca Renova. Sólo habla inglés y con un acento africano cerrado que resulta difícil de entender. Lleva en España poco más de un año y va comprendiendo lo que le dicen, pero le cuesta expresarse en español. Es Dom Amby Okonkwo, nigeriano de 44 años, inmigrante ilegal, vendedor de pañuelos del semáforo situado en la rotonda de la avenida de Juan Pablo II junto al Puente de las Delicias, protagonista de una de esas historias que devuelven la confianza en el género humano.
La vida de Dom Amby O.K., un inmigrante nigeriano de 44 años y sin papeles, dio ayer un vuelco. Alrededor de las once de la mañana, cuando vendía 'kleenex' en una rotonda de Sevilla, observó cómo caía un objeto de una moto que pasaba por la zona. Al acercarse, comprobó de qué se trataba: una cartera de mano marrón de piel, «un poco menor que un folio», que parecía abultada. Y tanto: contenía 2.700 euros en efectivo, un cheque por valor de otros 870 euros, un talonario, una cartilla de ahorros y diversa documentación personal y empresarial. «No la abrí» , explicó. Aguardó a que pasara por allí una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía, a la que hizo partícipe de su hallazgo.
Los agentes, al observar el contenido de la cartera, iniciaron la localización de la compañía a la que pertenecía. No tardaron en dar con sus responsables y con la persona que la había perdido, Fernando P.G., quien ya se había presentado muy nervioso en la comisaría del distrito de Triana-Los Remedios sin esperanzas de recuperarla.
Dom Amby recibió 50 euros, un apretón de manos y «las gracias». El inmigrante no dudó un momento en repartirse el premio con su compañero de ventas en el semáforo de la rotonda, Kingsle Keme. Veinticinco euros por cabeza que suponen una pequeña fortuna para dos personas que, con suerte, apenas llegan a los 15 euros diarios con su 'negocio' en esta zona empresarial cercana al puerto y al barrio de Los Remedios, que ha crecido de forma espectacular en los últimos años y muy conocida porque en sus alrededores se celebra la famosa Feria de Abril.
«El dinero me lo voy a gastar en mi hijo, que por fin vive conmigo» , anunció. Preguntado sobre si, al conocer la cantidad, se hubiera quedado con la cartera, proclamó sin atisbo de duda: «Si lo hubiese hecho, ahora no sería feliz. Me habría ilusionado un momento, sin duda, pero después me habría hecho sufrir toda mi vida». «El dinero no puede tocar mi cabeza ni mi corazón» , aseguró este vecino de la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache, que es oriundo de Enugo (Nigeria) y lleva siete años fuera de su país. «Mi padre me enseñó que si me encontraba algo tenía que devolverlo» , explicó. Dom Amby se mostró satisfecho por su actuación y por haber sido útil a una persona de esa Sevilla, en la que se siente querido. «La gente habla conmigo y me trata bien».
Este antiguo comercial tiene un hijo de 5 años y llegó a capital hispalense en mayo de 2007 desde Tudela buscando un futuro mejor. Sus andanzas europeas le habían llevado antes por Holanda.
Su situación en España es irregular. No tiene los papeles en regla, aunque la Policía ha aclarado que en estos momentos está tramitándolos. Su hazaña tiene por tanto doble mérito al pender sobre él la amenaza de una posible sanción. «Yo no tuve miedo al acercarme a los policías porque ellos me conocen y son mis amigos» , aclaró.
Dom Amby es uno más de los muchos inmigrantes que venden en los semáforos desde mecheros a 'kleenex' o se ofrecen para limpiar los cristales del coche. Es un trabajo duro, al que dedican más de nueve horas diarias a cambio de poca recompensa. Allí estaba ayer por la tarde todavía, aguantando los 36 grados con un sombrerito de paja desvencijado como toda protección, perfectamente anónimo.
Sin él saberlo, había cumplido con la ley: nadie puede quedarse más de 400 euros encontrados en la calle sin arriesgarse a infligir el Código Penal. Dom y su compañero Keme esperan que con esta acción cambie la opinión de la gente. «Muchos piensan que no somos buenos, pero lo somos» , sentencia.
DOS VENDEDORES DE "KLEENEX" NIGERIANOS DEVUELVEN 2.700 EUROS . INMIGRACIÓN UNA OPORTUNIDAD miércoles, agosto 13, 2008
3 comentarios:
Comentaba el otro día la diferencia entre estos inmigrantes subsaharianos de otros como los que llegan de sudamerica, china, europa o marruecos. Todos ellos tienen lazos familiares fuertes, hablan con su casa por teléfono, envían dinero, traen a su familia. Todo esto es muy dificil para los subsaharianos; muchos vienen de paises en guerra, de familias desmembradas y en campos de refugiados. Es dificil verles en trabajos estables, en un comercio. Son mano de obra muy barata...
por lo menos parece que puede a partir de esto regularizar sus papeles
poca cosa me parecen 25 euros para este señor, algo de rabia me queda dentro de que lo mejor hubiera sido quedarse los 2.700, especialmente para él, la bondad de terceros no recompensada adecuadamente me duele, en fin
bs
Hola, cordial saludo desde Barranquilla, Colombia. Es un verdadero placer visitar tu espacio. Aprovecho para invitarte al mio: www.mandalaspoemas.blogspot.com
Un abrazo,
Víctor
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