
Perdóname, por favor, cuando hago un espectáculo
provocado por la mucha duda en mí mismo.
Perdóname, por favor, por mi silencio y por molestarme
demasiado por la bulla de otro.
Perdóname, por favor, cuando grito y me quejo,
cuando hablo demasiado o cuando airado, maldigo.
Perdóname, por favor, por amar cosas, por chismear y
lamentarme porque no somos iguales.
Perdóname, por favor, cuando no te perdono; Dios dice
que eso está mal si deseamos vivir bien.
Perdóname, por favor, cuando alardeo; quiero que sepas
que se trata de sentimientos de inferioridad.
Perdóname, por favor, por lastimarte: las palabras
te roban el gozo y luego destrozan mi corazón.
Perdóname, por favor, cuando me preocupo
y hago berrinches de ser humano; no te disgustes.
Perdóname, por favor, cuando actúo como si fuese
mejor que tú, porque en realidad es tan solo una actuación
y tú lo sabes.
Perdóname, por favor, cuando detesto lo que no soy;
sólo ora por mí que eso significará mucho.
Perdóname, por favor, cuando traigo mi pasado y te hago pagar
por lo que otro hizo ayer.
Perdóname, por favor, mientras pido tu perdón; porque
tú también lo necesitarás si no quieres que tu corazón
se endurezca.
Pero sobre todas las cosas, necesito el toque perdonador
de Dios y saber que soy Su hijo…
eso significa mucho.
Brian G. Jett