Vivir, es el mayor tesoro que tenemos en cada momento.
Hay que seguir adelante, por uno mismo y por aquellos que nos rodean.
Vivir es levantarte cada día con la esperanza de poder respirar, con la ilusión que el sol acaricie tu rostro, y que la noche no empañe tus sueños...
Cada miercoles
Cada vez que subo a esta colina
es para recordarte que la vida
es una oportunidad única y que hay que vivirla.
Que se sepa, el cartero de la vida nunca llama dos veces.
El único pecado imperdonable es no vivir,
entregarse a una muerte anticipada
mientras la sangre corre aún por nuestras venas.
Porque vivir no es sólo estar en la vida.
Vivir es participar en la fiesta,
actuar, ser protagonista,
elegir un papel e interpretarlo
con autenticidad y con convencimiento.
Vivir es ser y conocer:
Saber por propia experiencia qué es el amor,
a qué saben los besos,
qué se siente cuando se llega al éxtasis,
a la cumbre del placer,
qué se pierde cuando un amor se olvida...
Vivir es saber por propia experiencia
qué es la pasión
y qué se siente cuando nos atrapa,
qué se siente cuando un amigo
nos pone la mano en el hombro,
cuando llega el momento de la despedida.
Vivir es estar vivo y parecerlo,
saltar cada mañana de la cama
como si todo fuera nuevo,
como si fuera el primer día,
aprovechar cada momento,
como si fuera el último,
porque el instante que se va no vuelve.
No dejes que nadie te niegue tu derecho a vivir.
Mientras el cuerpo aguante,
exprime la vida.
Es, en definitiva, el único equipaje que vas a poder llevar
cuando llegue la hora del último viaje.
Dadme silencio y desafiaré la noche.
Dadme un oído y os daré una voz.
Hoy, más que nunca, tengo la necesidad de hablarte...
(Jesus Quintero)
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